Finalmente decido ir hacia el posible supermercado. Tomo aire, suspiro y corro sigilosamente hacia un buzón de correos que hay a escasos metros de las oficinas donde estaba. Me quedo pegado como una garrapata detrás del buzón, ya falta un poco menos para llegar. Saco la cabeza por uno de los laterales e intento leer el cartel de lo que es mi objetivo, pero aun no puedo descifrar lo que pone. Lo que sí que veo es un cuerpo andante de esos custiodiando la zona, se que ellos no tienen la capacidad de vigilar, pero ese está deambulando por allí como si de una alma en pena se tratase.
Me lanzo a correr por el lateral de la acera de la calle que me va a llevar hasta donde quiero ir. Llego a un portal y me escondo en la entrada. Vuelvo a hacer el mismo gesto, saco la cabeza para observar y ahora ya no es un cuerpo andante, ahora son dos los que están custiodiando el..., el..., el..., ¡es un supermercado! ¡Bingo!
Quedan menos de cincuenta metros para llegar a él.
Vuelvo a tomar aire, suspiro, empuño bien el palo de golf y me lanzo al ataque. Ellos son lentos, yo rápido, así que ni tan sólo tengo porque llegarlos a golpear, incluso es gracioso ver como sus brazos se extienden para intentarme agarrar y apenas llegan ni a rozarme. Gimen como si quisiesen decirse algo entre sí.
Con un golpe seco abro las puertas del super, las cierro de golpe y pongo el seguro que hay en ellas para que esos dos seres no puedan entrar aquí.
Una vez dentro del super ya estoy más tranquilo, pero cuando me giro me encuentro con que está todo arrasado. Lo han saqueado. Empiezo a buscar por todos los pasillos del establecimiento, miro todos los estantes, pero no hay nada. Me pateo cada una de las secciones: carne, pescado, lacteos, pasta, sopas, bebidas, en ningún estante encuentro nada, ni tan sólo un grano de arroz en el suelo, es increible. De pronto escucho un ruido leve, asomo la cabeza en esa dirección y veo que ahora son tres zetas los que me esperan fuera, me tengo que dar prisa porque cada vez irán llegando más y más. Sigo buscando hasta toparme con una puerta de metal de color rojo. Está cerrada. Tiene puesta un pequeño candado. Me dirijo hacia las cajas de entrada y busco por los cajones alguna llave, en la priemra no encuentro nada, ni tan sólo dinero ¿Para que querrá la gente dinero? Busco en la segunda caja y encuentro un juego de llaves, lo cojo y vuelvo hacia la puerta metálica roja. Empiezo probar llaves, dos, tres, cuatro... cinco.... Estas llaves no son de aquí. Miro el palo de golf que lo habia dejado apoyado en el marco de la puerta metálica roja, lo cojo con fuerza y doy cuatro golpes contundentes al candado hasta que finalmente se rompe. Abro la puerta. Está oscuro. Busco un interruptor de la luz y doy con uno. Cuando abro la luz mis ojos se vuelven como platos. Comida. Cajas y cajas de comida. Leche, pasta, legumbres, verduras, incluso hay un congelador que aun funciona con todo tipo de helados.
Después de haber hingerido algún que otro alimento decido cargar un carro metálico con todo tipo de productos alimenticios, incluso mientras voy cargando el carro me planteo si el trasladarme a vivir a este centro sería o no buena idea. Una vez termino de cargarlo voy hacia la entrada principal. Dios mío, ahora son diez los zombis que están pegados al cristal, detrás de estos diez veo un par más que se acercan lentamente. Cuanto más tiempo espere irán apareciendo más cuerpos. Tengo un problema, y grave.
Puedo probar de pasar corriendo con el carrito de metal llevándome a los entes por delante o quizás también podría abrir la puerta y al tratarse de seres lentos... machacarlos con el palo de golf uno a uno y luego irme tranquilamente con el carro. Aunque una tercera opción se baraja en mi mente: podría también dejar el carro a un lado, abrir la puerta, ir hacia dentro del super, despistar a los zombis, esquivar a los que pueda, coger el carro e irme cagando leches. Tengo que decidirlo ya porque se van acercando más y más.
Quedan menos de cincuenta metros para llegar a él.
Vuelvo a tomar aire, suspiro, empuño bien el palo de golf y me lanzo al ataque. Ellos son lentos, yo rápido, así que ni tan sólo tengo porque llegarlos a golpear, incluso es gracioso ver como sus brazos se extienden para intentarme agarrar y apenas llegan ni a rozarme. Gimen como si quisiesen decirse algo entre sí.
Con un golpe seco abro las puertas del super, las cierro de golpe y pongo el seguro que hay en ellas para que esos dos seres no puedan entrar aquí.
Una vez dentro del super ya estoy más tranquilo, pero cuando me giro me encuentro con que está todo arrasado. Lo han saqueado. Empiezo a buscar por todos los pasillos del establecimiento, miro todos los estantes, pero no hay nada. Me pateo cada una de las secciones: carne, pescado, lacteos, pasta, sopas, bebidas, en ningún estante encuentro nada, ni tan sólo un grano de arroz en el suelo, es increible. De pronto escucho un ruido leve, asomo la cabeza en esa dirección y veo que ahora son tres zetas los que me esperan fuera, me tengo que dar prisa porque cada vez irán llegando más y más. Sigo buscando hasta toparme con una puerta de metal de color rojo. Está cerrada. Tiene puesta un pequeño candado. Me dirijo hacia las cajas de entrada y busco por los cajones alguna llave, en la priemra no encuentro nada, ni tan sólo dinero ¿Para que querrá la gente dinero? Busco en la segunda caja y encuentro un juego de llaves, lo cojo y vuelvo hacia la puerta metálica roja. Empiezo probar llaves, dos, tres, cuatro... cinco.... Estas llaves no son de aquí. Miro el palo de golf que lo habia dejado apoyado en el marco de la puerta metálica roja, lo cojo con fuerza y doy cuatro golpes contundentes al candado hasta que finalmente se rompe. Abro la puerta. Está oscuro. Busco un interruptor de la luz y doy con uno. Cuando abro la luz mis ojos se vuelven como platos. Comida. Cajas y cajas de comida. Leche, pasta, legumbres, verduras, incluso hay un congelador que aun funciona con todo tipo de helados.
Después de haber hingerido algún que otro alimento decido cargar un carro metálico con todo tipo de productos alimenticios, incluso mientras voy cargando el carro me planteo si el trasladarme a vivir a este centro sería o no buena idea. Una vez termino de cargarlo voy hacia la entrada principal. Dios mío, ahora son diez los zombis que están pegados al cristal, detrás de estos diez veo un par más que se acercan lentamente. Cuanto más tiempo espere irán apareciendo más cuerpos. Tengo un problema, y grave.
Puedo probar de pasar corriendo con el carrito de metal llevándome a los entes por delante o quizás también podría abrir la puerta y al tratarse de seres lentos... machacarlos con el palo de golf uno a uno y luego irme tranquilamente con el carro. Aunque una tercera opción se baraja en mi mente: podría también dejar el carro a un lado, abrir la puerta, ir hacia dentro del super, despistar a los zombis, esquivar a los que pueda, coger el carro e irme cagando leches. Tengo que decidirlo ya porque se van acercando más y más.
2 comentarios:
No hay más salidas en el super?
Hay algo que pueda servir de arma mejor que el palo de golf?
Y aunque consigas salir donde vas a ir con el carro de comida a cuestas?
jajaja, ya se verá.
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